El secretario provincial del Partido Socialista, Emilio Melero, aseguró ayer que la Junta de Castilla y León establece en Salamanca las ayudas para paliar las pérdidas por los incendios de manera "selectiva y sectaria". 
 

Melero, que reanudó la polémica surgida días atrás por la intervención de la Diputación de Salamanca y la Consejería de Medio Ambiente en el fuego de la Sierra de Quilamas, se refirió a que el Ejecutivo autonómico ha incumplido con las subvenciones en localidades como Agallas, El Tejado, Saucelle y Villarino de los Aires, cuyos términos municipales se han visto afectados en campañas anteriores por las llamas.

Navarro, Melero y Hernández, ayer,  en la sede del PSOE. Foto:VALVERDE

Las labores de extinción realizadas en la zona que optaba a convertirse en parque natural son "insuficientes, porque no se hizo una limpieza adecuada. La Salina y la Junta de Castilla y León tienen que trabajar en la prevención", según explicó el diputado socialista Ramón Hernández. 

Respecto al enfrentamiento con la presidenta de la Diputación, Isabel Jiménez, por la celebración de una reunión en Garcibuey con cargos populares coincidiendo con el día del fuego, Hernández afirmó tener pruebas de que dicho encuentro sí se mantuvo, y en el que "se puso en tela de juicio la colaboración del Gobierno central y del Partido Socialista". 

El diputado también se pregunta cuál va a ser la línea de trabajo que adopte la institución provincial para paliar los daños del incendio en la Sierra de Quilamas, además de alertar de la necesidad de "limpiar la zona", porque es suceptible de acoger nuevos incendios dado el estado en el que se encuentra.  

De cuatro vecinos, uno trabaja. Así de tajante se muestra Juan José González, un agricultor jubilado, el último que vive en la barriada de Las Tenerías. Apostado en un punto de paso y protegido por las sombra de una arboleda, este jubilado guinaldés ve pasar la vida con la mirada puesta en otros tiempos de bullicio y esperanza, cuando el barrio era otra cosa. Ahora se alegra cada vez que alguien le pregunta por un paraje o una persona. 

El último artesano de Fuenteguinaldo. Pedro Sánchez Salicio lleva 25 años en el oficio de guarnicionero, trabajando por encargo, sobre todo para Portugal, en donde aprecian su labor y los materiales que utiliza para la confección de las sillas de montar. "Lo hago porque me gusta", pero reconocer que su oficio está abocado a la desaparición por el impulso tecnológico: "No se puede competir con la tecnología", aunque el material sea de inferior calidad. 

Tiene esperanzas en que, a largo plazo, el sector del turismo rural despegue en Fuenteguinaldo y en la comarca mirobrigense. Ahora, pese a las inversiones en casas de turismo rural, no se están alcanzando los objetivos. Hay que fomentar el asociacionismo y disipar el individualismo actual, considera Francisco Sánchez Salvador, empresario y propietario de dos casas de turismo rural en Fuenteguinaldo. Además, hay que potenciar revulsivos turísticos de la zona, como el castro de Irueña. 

Un avezado de la política local que ha alcanzado la alcaldía en esta legislatura. Francisco Galán, alcalde de Fuenteguinaldo, tiene claro que es necesaria una política para fijar la población, con ayudas directas y facilidades financieras para que los jóvenes se asienten en las zonas rurales. Si no, Galán no tiene reparos en atisbar un futuro sombrío para localidades como Fuenteguinaldo, que han subsistido de la ganadería y que ahora viven horas bajas por los problemas del saneamiento.  

La tradición se difumina. Los oficios se pierden con la desaparición de sus protagonistas y mentores. Ya no es lo mismo. Es muy difícil vivir de la artesanía en los pueblos. Y Fuenteguinaldo no es una excepción. El tiempo ha engullido a los artesanos. También a los viejos oficios. Como aquellas decenas de caleros que todavía se dejaban ver en los años 50 del pasado siglo, llevando a cuestas las piedras desde las canteras a los hornos; portando centenares de haces de escobas para mantener vivo el denso fuego del horno durante los días que estaba encendido. 

Todavía se recuerda en Fuenteguinaldo el oficio de encañador, la persona encargada de colocar las piedras para abovedar el horno desde los caminales hasta la cima, sellada con barro. Se evoca, con mucha añoranza, el momento en que se prendía el horno y el abastecimiento continuo, sin pausa posible, de haces de retamas cortados en las dehesas. Y el humo que se escapaba por el gorro del horno, al que consideraban apropiado para curar enfermedades respiratorias. Y después, cuando se derrumbaba la bóveda, la labor de apagado de la cal y su transporte en carros. 

De aquí, de los hornos de Fuenteguinaldo, salió toda la cal necesaria para construir el Fuerte de la Concepción de Aldea del Obispo y buena parte de los monumentos de la comarca mirobrigense, entre ellos las murallas de Ciudad Rodrigo. 

Proyecto
Eran otros tiempos. De vida y ajetreo. De ocupación y de prosperidad. Aquello sólo es ya evocación. Aunque ahora, para darle la dignidad perdida, el ayuntamiento guinaldés está preparando un proyecto para hacer un centro de interpretación de la cal. Es el sino de los trabajos de sol a sol, de la tradición y de sus mantenedores. 

En Fuenteguinaldo ya sólo queda un artesano reconocido como tal. Pedro Sánchez Salicio, guarnicionero por devoción: "Lo hago porque me gusta". La artesanía, más que una necesidad, se mantiene por apego, porque el artesano desea que no se pierda un oficio que en la mayor parte de los casos viene de sus ancestros, de la tradición familiar. 

Intento
Poca es la gente que se acerca a Fuenteguinaldo de propio intento. No es que no tenga atractivo turístico, que lo tiene con su impresionante iglesia fortaleza o su patrimonio arqueológico, en donde destaca el castro romanizado de Irueña, declarado monumento nacional en 1931 y que aún espera que alguien se acuerde de él y ponga en valor sus tesoros. 

Pero el turismo parece que toma otros derroteros. Al menos así parece desprenderse de la respuesta que genera la oferta de casas de turismo rural. Cinco inmuebles con 32 plazas, que sólo se cubren en determinados momentos: los puentes, la Semana Santa y parte del verano. Un 17 por ciento de ocupación, muy lejos de lo deseable, también de lo esperado. Y mira que se hacen esfuerzos de divulgación de la oferta, individualmente o a través de asociaciones como Asiter, que aglutina a decenas de empresarios de casas de turismo rural de la comarca mirobrigense y buena parte de la provincia, y que, entre otros aspectos, pone en valor el impresionante patrimonio natural, un paisaje que pasa por ser uno de los grandes desconocidos, otro de los tesoros guinaldeses.

En las obras accesorias y complementarias vinculadas al proyecto de la presa de Irueña, tiene Fuenteguinaldo depositadas algunas esperanzas de desarrollo. Al menos servirán para renovar o crear infraestructuras básicas y de ocio y tiempo libre. Aparte, se podrá cumplir una vieja reivindicación de la comarca mirobrigense: la unión por carretera entre Fuenteguinaldo y Robleda, tan cerca en la cartografía y tan distantes por la inoperancia de las administraciones.     

Un enclave histórico. Tierra ansiada por unos y por otros. Por españoles y portugueses. Protagonista de episodios bélicos: guerras de Secesión, Sucesión e Independencia... Con importantes secuelas: asedios, saqueos, destrucción... Se quemó el archivo histórico, en un intento de borrar la historia, en el siglo XVII. Y siempre, como referente, la gallardía del guinaldés, demostrada cuando fue preciso, como el motín que protagonizó el pueblo en 1620, rebelándose los 400 vecinos contra el alcalde de sacas, por un abuso que pudo tomar tintes de tragedia, aunque al final quedó en un proceso judicial, en unas sanciones de las que pocas familias guinaldesas se libraron. 

La historia. Aquella historia que recogen libros fraguados por manos avezadas, como las de Alejandro Blázquez, Agustín Herrero o José Luis Herrero. Pero no es la historia que ahora interesa. Es el momento de los protagonistas directos, de la actualidad con la indispensable mirada atrás. Lo que fue y lo que es Fuenteguinaldo. El cambio producido en medio siglo: En 50 años se han perdido demasiadas cosas. Sobre todo a las gentes. La emigración voraz ha dejado demasiadas huellas. En 1954, Fuenteguinaldo contaba con 2.626 habitantes, la cifra más alta jamás alcanzada. 

Despoblamiento
Entre 1955 y 1966 pierde más de mil habitantes en su censo. Destinos varios: Francia y País Vasco, sobre todo. Allí abundaba algo que ya faltaba en la villa guinaldesa: el trabajo. Y al socaire del dinero, del bienestar, siguió la sangría poblacional durante las décadas siguientes. Todavía no ha tocado fondo: en 2004 ya sólo contaba con 866 vecinos, 1.760 menos que 50 años antes; un 67 por ciento menos de guinaldeses residentes. Una pérdida en actividad, con reducción de servicios y una mengua de su situación en el marco provincial, aunque mantenga con cierta entereza su protagonismo comarcal como cabecera de una subcomarca que vive mayoritariamente de la ganadería --tiene unas 4.000 cabezas de vacuno y 1.600 de ovino--, precisamente un sector con problemas sobrevenidos que hacen temer por el futuro de esta tierra. 

La vida sigue. Fuenteguinaldo mira hacia adelante, con nostalgia de tiempos pasados. Con un sector servicios que cuenta con lo indispensable: tiendas de alimentación, varios bares y un restaurante, farmacia, taller mecánico, cerrajerías, almacén de construcción... Y una escuela, con 43 alumnos propios, ya que, convertida en centro rural agrupado, suman otros 73 escolares de pueblos próximos. Y parque de bomberos propio, con sus voluntarios a punto para cualquier contingencia. Y tiene centro de salud para el área básica que tiene aquí su sede. Cuenta, también, con una residencia de mayores que se ha convertido en la empresa más importante de Fuenteguinaldo, con 15 trabajadores, y que ya está pensando el consistorio en su ampliación, pasando de las 38 plazas actuales a las 49 previstas.
 
Actividad
Francisco Galán es el alcalde de Fuenteguinaldo. Un hombre curtido en batallas, que las mantiene abiertas con las administraciones públicas. No ceja en presentar proyectos, en ejecutarlos; en un intento por mantener el protagonismo que siempre abanderó la villa guinaldesa: Es la sede de la mancomunidad de municipios Alto Agueda; también aglutina los juzgados de paz y cuenta con servicios básicos culturales, como una biblioteca con sala de exposiciones y una oficina de turismo. 
En la promoción cultural, sin embargo, descuella El Charaíz, una asociación activa, con múltiples actividades y, sobre todo, el compromiso con las gentes, con el acervo guinaldés, con la tradición, con la salvaguardía de los valores que atesora Guinaldo .     

La plaza del Caño se convirtió ayer en protagonista de las fiestas de San Juan en Robleda al acoger la tradición que supone que los quintos icen el pino, espaldarazo del programa festivo.
 
A partir de hoy y durante todo el fin de semana se celebrarán diversos actos. Las actividades de hoy comienzan con la celebración eucarística en honor del patrón, una gran fiesta infantil con castillo flotante y un tren musical para los más pequeños en la Plaza Mayor. Por la tarde será la entrega de los premios del cuarto concurso de dibujo infantil y el programa del patrono se cerrará con una verbena popular amenizada por la orquesta Bahía Blanca, también en la Plaza Mayor.
 
Encierrros 
Sin duda, uno de los atractivos del programa festivo de Robleda pasa por los actos taurinos. Mañana se corre el primer encierro desde el cruce de la calle Calzada hasta la carretera de Extremadura a la una de la tarde. Después, se anuncia una capea tradicional, y ya por la noche se celebrará otra verbena popular, en esta ocasión amenizada por la orquesta Pasarela. El programa del domingo se ciñe exclusivamente al tema taurino, con un encierro a caballo desde la Dehesa de Arriba y, por la tarde la celebración de una capea tradicional a partir de las seis de la tarde.

Como colofón del programa, el domingo siguiente, 3 de julio, se celebra una comida campera en la ribera del río Mayas organizada por el Ayuntamiento de Robleda para los vecinos.    

La programación de las fiestas de San Juan en El Payo comenzó ayer con un parque infantil en el que los niños disfrutaron del castillo flotante y del tradicional tren, que sirve de diversión para los más pequeños. Hoy el programa se inicia con la misa y la procesión con la imagen del patrón por las calles del pueblo. 

A las ocho de la tarde levantaron los mozos --este año no hay quintos- el pino, que servirá de aperitivo para prender el capazo , la tradicional hoguera de San Juan, que dará paso a una verbena popular amenizada por la orquesta Pasarela.
 
Las actividades de mañana sábado se centran en el mundo taurino, con un encierro previsto a la una de la tarde y en el que se correrán varias vaquillas por las calles del pueblo. A las cinco de la tarde se celebrará la capea y, ya por la noche, una verbena con la participación de la orquesta Némesis.
 
Las fiestas sanjuaneras concluyen el domingo con una concentración mototurística Villa de El Payo al mediodía, seguido por un encierro de vaquillas por las calles de la localidad y, ya por la tarde, el programa se cierra con una capea tradicional, prevista para las seis, en la que los mozos payengos demostrarán su afición por este tipo de festejos populares.   

Los vecinos de Peñaparda cierran hoy el programa de las fiestas patronales en honor de San Silverio, iniciado el pasado viernes, con una eucaristía y diferentes actividades lúdicas organizadas para los niños, que rematarán con una verbena a primera hora de la noche.

Ayer tuvo lugar el segundo de los encierros de vaquillas con recorrido urbano. Por la tarde se celebró una capea en la Plaza Mayor y se remató la jornada con una verbena popular. Exactamente, esa fue también la base de la programación festiva del pasado sábado, fin de semana caracterizado por la presencia de numeroso público procedente de los pueblos vecinos. 

Las fiestas de San Silverio comenzaron el viernes con la tradición del izado del pino por los quintos del pueblo, una referencia habitual en los pueblos de El Rebollar para iniciar las fiestas.  

El plan de extinción de incendios de este año contará con 11 técnicos con funciones de jefe de jornada, 70 agentes forestales, 4 conductores, 41 vigilantes, 20 conductores de autobomba, 20 mangueristas, 130 trabajadores de cuadrillas terrestres, 11 trabajadores de cuadrillas helitransportadas, 2 trabajadores de maquinaria pesada y tripulación de los medios aéreos. 

Para la lucha contra el fuego se utilizarán 33 autobombas de la Junta de Castilla y León y correspondientes al convenio con la Diputación y los ayuntamientos de Agallas, El Maíllo y Martiago; así como 3 helicópteros con bases en El Bodón, El Maillo y Vitigudino y 2 aviones anfibios con base en Matacán del Ministerio de Medio Ambiente. 

Jesús Málaga, subdelegado del Gobierno en Salamanca, ha asegurado a los alcaldes de Robleda, El Sahúgo, Fuenteguinaldo y El Bodón, cuyos términos municipales están afectados por la construcción del pantano de Irueña, que antes de que finalice este año se licitarán las obras accesorias. Estas actuaciones afectan a infraestructuras básicas, como abastecimiento y depuración de aguas; o de ocio, caso de la construcción de piscinas y zonas recreativas en las márgenes de los ríos. 

Está todavía pendiente la ejecución de las obras complementarias, que afectan a las variantes de las carreteras necesarias con el llenado del embalse, hasta que el Tribunal Supremo resuelva el recurso planteado por Ecologistas en Acción sobre el fallo de la Audiencia Nacional que permitía la ejecución del proyecto global.